lunes, 13 de octubre de 2008

DIARIO DE CAMPO # 2

DIARIO DE CAMPO # 2
SÁBADO 11 DE OCTUBRE DE 2008.”
Son aproximadamente las 9:30 de la noche, entramos a la gallera “CANAWAY” situada el en municipio de Dosquebradas-Risaralda, al igual que la vez pasada nos pidieron mostrar la cedula para evitar inconvenientes con la policía, al ingresar al lugar, se ve en primer plano al lado izquierdo una mesa con sillas llena de personas jugando y apostando mientras da inicio la pelea de gallos, proseguimos a sentarnos en una mesa, pero luego nos fuimos de ella porque ya iba a empezar la pelea, entonces nos dirigimos a los escalones y nos sentamos mientras hacían las apuestas, que consisten por ejemplo en que el poseedor del gallo apuesta 100 a que el otro gallo muere y el otro apuesta 80 pero en el caso contrario, entonces se dice 80/100. Es de resaltar que las peleas que se dan con los gallos, son proporcionadas o equilibradas, es decir, si un gallo pesa 10 libras, el otro también debe pesar lo mismo, ya que si se consigue por ejemplo un gallo mucho más pequeño que el oponente, es claro que el pequeño va a tener una mayor posibilidad de ganar, ya que este picoteara a su oponente por el pecho dejándolo herido o muerto más rápidamente.

En la primera pelea que se presencio, la duración fue de aproximadamente de 3 minutos ya que estaba muy reñida, en esta ocasión el gallo que gano no quedo con ninguna herida, mientras que el que estaba en el suelo quedo muy mal herido. En la segunda pelea la riña también estuvo proporcional, pero en esta ocasión el gallo que gano si quedó herido y el gallo que perdió murió.

Al preguntarle a un señor que estaba sentado a nuestro lado acerca del ambiente que se manejaba en este ámbito, él nos responde diciendo que era un poco caliente y peligroso, porque en muchas ocasiones las personas cuando perdían las riñas muy seguidamente, les daba rabia y no pagaban, de esta forma se formaba una pelea la cual estaba acompañada de “puñales, pistolas”, es por este motivo que la policía como lo comenta el señor mantiene cerca de este lugar, ya que en ciertas o muchas ocasiones se torna peligroso.
La jerga utilizada en este sitio es muy popular, pero resultada un poco complicado escuchar muy bien que es lo que dicen las personas, ya que estás mantienen gritando, haciendo por decirlo así barra al gallo que le apostaron, las palabras que se pueden entender, son por ejemplo: “peleé gallo” “gallo, hágale gallo” “culimocho dale”, entre muchas otras.

Estas peleas de gallos se dan en este lugar cada ocho días los sábados y el último martes de fin de mes, las personas que acuden a este lugar vienen de pueblos apartados, como los son la Virginia, Santuario, Santa Rosa de Cabal, entre otros.

DIARIO DE CAMPO #1

DIARIO DE CAMPO #1
SÁBADO 4 DE OCTUBRE.
Siendo aproximadamente las 7:00 de la noche, antes de ir rumbo a la gallera, donde se realiza las peleas con gallos; consulto acerca de este tema en internet para llevar un poco de conocimiento acerca de éste fenómeno. Lo que encuentro en internet es demasiado interesante, ya que dice que a mediados del siglo pasado las peleas de gallos en Colombia eran una de las actividades más concurridas y disfrutadas por todas las personas, pero que con el pasar del tiempo, la tradición se ha perdido y ya son pocos los sitios donde se realiza esta clase de eventos. El origen de estas peleas se encuentra en Asia, que fue traída a América por los conquistadores españoles.

Bueno, después de haber consultado sobre la pelea de gallos me dirijo con mis compañeras de etnografía (Paola Salcedo y Paola Gómez) hacia el lugar donde se realiza dicha actividad, este lugar es llamado gallera “CANAWAY”, siendo aproximadamente las 8:15 de la noche, al entrar al lugar se encuentra uno con un señor que es el encargado de pedir algún documento de identidad para comprobar que las personas son mayores de edad, para evitar así problemas con la policía, además la otra función que tiene el señor de la entrada es cobrar la entrada a los hombres que tiene un costo de $5.000 pesos, mientras para las mujeres no hay costo. Luego de la primera entrada, está ubicado un vigilante o celador detrás de una reja, él cual está encargado de pedir el recibo al hombre como constancia de que pago y aparte él también está facultado para proteger la seguridad del lugar.

Al entrar al lugar lo primero que se ve es un montón de mesas y sillas esparcidas por todo el lugar con personas, también se encuentra las personas con los gallos en la mano alistándolos para la pelea, pesándolos, rasurándoles la patas; también hay gran cantidad de gallos en jaulas por todos los alrededores del lugar. Antes de iniciar las peleas los competidores ponen a sus gallos las espuelas, que son construidas de material de acero o de marfil y que permiten a los gallos matar a su oponente mucho más rápido. Bueno pero antes de iniciar la pelea las personas se encuentran reunidas tomando cerveza y bebiendo otra clase de trago, mientras que el “rin de combate” es organizado para la pelea, este está construido de forma circular y con tres escalones, uno es más alto que el otro, para que las persona que quedan adelante dejen de ver a las de atrás, estos escalones son encerrados por unas paredes de cemento, la parte del espaldar de los escalones están marcados con unos números, los cuales hasta el momento no he sabido para que son, en la mitad del “ring”, se encuentran colgadas dos jaulas como de adorno y un reloj con dos bombillos.

Para iniciar la pelea, se ponen a los dos gallos en el “ring”, pero a uno lo coge el dueño y lo comienza a lanzar contra el otro, como una especie de táctica para alburearlos, después de esto, por decirlo así el árbitro se alista para dar por iniciada la pelea y acomoda una especie de reloj que tiene dos bombillos a los lados como para contar el tiempo que se demora la pelea. Cuando al fin inicia la pelea los gallos se comienzan a atacar muy violentamente, dándose picotazos, arrancándose las plumas y tirándose hacia los ojos y hacia el cuello, las espuelas en el momento de la batalla son reemplazadas por las del gallo. El ganador de la pelea es el gallo que se queda parado, mientras el otro está tirado en el piso muy mal herido o hasta muerto.